[CUENTO INFANTIL] Los goles deben ser una de las felicidades más grandes que existen. Esta historia de Cuentos para Pequeños Campeones está inspirada en la forma de celebrar que hizo popular Humberto Suazo, delantero chileno que batió records de goleo durante 2006 y 2007.

Gritos de felicidad

Humberto era un chupete dulce redondito y muy suave. Los niños que se portan bien siempre le pedían a sus papás que cuando llegaran del trabajo le trajeran este sabroso chupete dulce.

El gran problema de Humberto era que cuando los niños gritaban de felicidad al verlo llegar, a él le dolían mucho los oídos. Sus orejitas no estaban acostumbradas a los gritos, aunque fueran de alegría. Y poco a poco se fue enfermando.

Por eso, Humberto con mucha tristeza tuvo que alejarse de los niños. El doctor le había dicho que tenía que cuidarse y que no podía estar cerca de sonidos muy fuertes. Esto hizo ponerse muy apenado al chupetín, porque a él le encantaba hacer disfrutar a los pequeñines.

Los niños también echaban de menos al chupete y decidieron escribirle una carta para que por favor hiciera lo posible por volver a hacerlos feliz.

Humberto mientras leía la carta se le ocurrió una genial idea. Agarró sus cosas, llamó al doctor para preguntarle si podía hacer lo que tenía pensado y como le dijo que sí, partió corriendo donde los niños que tanto quería.

Al verlo llegar, los niños no se aguantaron de la alegría y se pusieron a gritar de felicidad. En ese momento y para sorpresa de todos, el chupete Humberto abrió sus brazos y puso los dedos índice en sus oídos, tapando el ruido. No sintió ningún dolor.

Desde ese día, cada vez que llega el chupete dulce a la casa de un niño, se escucha un gran grito de felicidad. En ese momento, Humberto se tapa los oídos y puede seguir disfrutando y haciendo felices a todos.