Por Diego González, panelista del ColoCoLeit.
Si usted en algún momento ha dicho que es «más hincha» que otro, le dedico estas palabras.
Siempre que hay una definición de campeonato, un clásico o un partido definitorio de cualquier tipo hay una inusual locura por conseguir entradas al Monumental, páginas de internet caídas, filas eternas en el estadio, gente macheteando… Situación que se repite unas 3 o 4 veces al año.
A lo anterior se agrega la cantidad de comentarios en Facebook , Instagram y Twitter tratándose de «clasiqueros». Gente que dedica media tarde a la PRODUCTIVA labor de insultar a otros colocolinos porque ellos «no estuvieron en todas y ahora andan buscando entrada», «Colo-Colo es todo el año, no al final del campeonato», «yo soy de verdad. Fui al estadio cuando no le ganábamos a nadie y ahora aparecen los que nunca van.»
¿Dónde está el manual que dice que ustedes son mejores hinchas que el resto por ir siempre al estadio?
Hay gente de regiones que espera todo el año que Colo-Colo vaya a su región a jugar de visita, ¿Ustedes aman más a Colo-Colo que ellos por tener la suerte de vivir en Santiago, que es donde está el Monumental?
Algunos no tienen la plata para gastar en entradas 2 veces al mes y tampoco tienen la CARADURA de andar macheteando. ¿Ellos son menos amantes del Popular que ustedes?
Otros simplemente trabajan los fines de semana ¿Tienen que renunciar para que ustedes dejen de romperle las pelotas de que son «menos colocolinos, porque no van todos los fines de semana al estadio»?
A este grupo de gente «de cartón» habría que agregar también a los que por culpa de la prensa y la nefasta función de Estadio Seguro creen que el estadio es un lugar inseguro donde pueden terminar poco menos que baleados. Cierto es que tampoco es una taza de leche, pero tampoco es taaaan peligroso como lo pinta la prensa ¿Ustedes tienen más derecho son más colocolinos porque nos se comieron el humo de la prensa?
¿De verdad ustedes creen que esa gente es menos colocolina que ustedes? ¿Ustedes son dueños de la verdad absoluta? ¿Ustedes son los únicos que pueden llorar por los triunfos o derrotas albas?
Colo-Colo es de todos. Es del cura y del ladrón. Es del que tiene para pagarse un abono al sector Rapa Nui, como el que tiene que ahorrar todo el mes para ir a la galería Arica. Es del que lee el diario todos los días esperando novedades de la formación para el domingo, pero que no puede seguir el partido de ninguna forma que no sea por radio y sufre, porque para el relator de radio hasta un lateral intrascendente se describe con emoción.
Colo-Colo es del que va sagradamente al Monumental semana por medio, del que se sabe el himno, del que ha hecho el tour por el estadio 30 veces, el que se sabe de memoria la biografía de David Arellano. Pero eso no le quita el derecho a sentirse colocolino/a al que solo tararea el himno y grita sólo el coro, que solo puede ir una vez al mes, con suerte, al estadio, que no se despega de la radio, que se le olvida si «X» jugador sigue en el plantel o se fue a préstamos hace 2 temporadas.
Colo-Colo es tanto de uno como del otro. No somos como ese chuncho que cree ser de la élite de la sociedad. No somos hinchas de la hinchada, somos amantes de lo que representa Colo-Colo y sus colores. No del «que más alienta». Esa tontera dejemosla a las cheerleaders azules.
Todos en algún momento de nuestra vida fuimos de esos que no iban nunca al estadio, no nos sabíamos los nombres de los que formaban el plantel de honor, ni nos sabíamos los cantos de la GB. Basta de super moralidad del hincha.
Me encantaría que el estadio estuviera siempre lleno, cada fecha, que todos sepamos el himno de la institución hasta en mapudungún, pero lamentablemente, por un millón y medio de razones eso no es posible. Pero no me siento con el derecho de decirle a otra persona que es menos colocolina que yo.
Recordemos que cuando David Arellano formó este club no quería que fuera «para los que van al estadio», sino que para todos los chilenos. Basta de pelear entre nosotros, parecemos cabros chicos hinchas de nuestra hinchada, más que seguidores del legado de Arellano.