¿Por qué estás triste?, ¿por qué tienes los ojos llorosos?, ¿por qué sientes tanto estas muertes?, ¿los conocías que estás llorando?
Son tantas las preguntas que nos pueden efectuar quienes no comprenden lo que sentimos por la camiseta del albo y quienes representan nuestros colores. Es un amor que se hace más fuerte e imposible de definir cuando conoces la historia del club y te das cuenta que el fundador del equipo que amas, dejo la vida en la cancha. Que uno de nuestros cantos dice que ni la muerte nos podrá callar nuestro grito de aliento, «porque el día que me mueras me vas a escuchar porque del cielo te voy alentar». Es por eso que quienes tenemos a Colo-Colo como parte importante de nuestra vida, y lo situamos incluso más allá que un sentimiento o pasión, sentimos tanto la muerte de estos pequeños que perdieron su vida camino a representar a nuestra camiseta, porque su amor lo lleva a jugar por el emblema y su cariño a colocarse nuestra insignia en su corazón. En sí, ellos reflejan el amor desinteresado que tenemos como pacto grabado en nuestro corazón por Colo-Colo.
Que todos quienes vistieron nuestra camiseta y ya están en el descanso eterno, los hayan recibido y que nuestros jugadores desde mañana den todo para darle una alegría al pueblo colocolino que siente como suya la pérdida de estos pequeños.