Don Justo,
como simple hincha de Colo-Colo desconozco las razones reales de lo que está pasando en estos momentos. Sólo tengo pena. Una pena mayúscula y sincera. Desconozco su relación con el cuerpo técnico, no sé si conversa regularmente con Guede, desconozco sus amistades o diferencias con miembros del plantel, no sé bien si fue cercano a Julio Rodríguez, ignoro con quién le gusta jugar golf, no entiendo a la perfección qué pasó entre Leonidas y Aníbal, no sé a ciencia cierta cuándo será el día de la recuperación de sus ligamentos, no sé si le duele la espalda al agacharse y no podría asegurar si se quiere ir a Paraguay por alguna razón familiar.
Lo que sí tengo clarísimo es lo que usté ha generado en estos años en Chile. Un cariño enorme, una simpatía gigante, una caballerosidad fabulosa y un respeto monumental.
Aparte de ser el mejor arquero que he visto jugar en Colo-Colo (y eso a mi edad es un gran piropo), su forma de jugar, su forma de declarar y su forma de relacionarse con los hinchas es lo que yo esperaría del mejor. Paciencia, calma, respeto, talento, alegría.
La vida da vueltas, muchas vueltas. Unas rápidas, otras lentas y varias de carnero. Y uno debe estar siempre preparado. Pero esta, me tomó por sorpresa. No porque alguien de 39 años y lesionado se vaya del equipo que uno tanto quiere, sino por la forma.
Aunque no tengo pito que tocar en esto, me avergüenza la forma. Perdón, don Justo, en nombre de los colocolinos. Perdón porque alguien le dijo que no, porque alguien osó decirle que usté no es necesario y porque alguien le abrió las puertas para que se fuera.
Repito, seguramente hablo desde el desconocimiento de la situación real y me estoy dejando llevar por las emociones, pero quisiera decirle, don Justo, que su ejemplo y su paso por Colo-Colo quedará marcado con fuego. Más allá de un penal, de una gran atajada, de una sonrisa, de un par de copas, de una foto retro. Usté será recordado como un grande, como un ejemplo, como un arquerazo, como un tipazo, como un ídolo.
Por su culpa tuve que comprar camisetas amarillas y naranjas de Colo-Colo y unos guantes para mi hijo. Por su culpa tengo una carcasa de celular que dice Justo Do It. Por su culpa cada cierto tiempo vuelvo a escuchar la conversación que tuvimos en el #ColoCoLeit. Por su culpa tengo un pantallazo de cada una de sus respuestas de nuestros mensajes de whatsapp. Y por su culpa, sinceramente creo muy difícil que pueda llegar alguien a Colo-Colo que entregue y deje tanto como usté.
Muchas gracias por todo. Ojalá podamos volver a conversar algún día. Y ojalá pueda cumplir mis múltiples promesas y cargarle la Bip! de verdad, tejerle chalecos de verdad y hacerle queques de verdad. Sería un placer. Suerte en todo, don Justo Wilmar Villar.
RP