Por Diego González, panelista del ColoCoLeit.
Los nervios eran insoportables. Despertamos nerviosos y trabajamos con la ansiedad a flor de piel todo el dia hasta las 21:45 horas.
La llave estaba ligeramente a nuestro favor, pero el Arena Corinthians estaba lleno y los brasileños en Libertadores siempre han sido el Cuco.
Los del Timao salieron a dominar el encuentro, buscando desequilibrar desde el principio y lo lograron tras el error de Claudio Baeza al salir con las manos inusualmente altas en el área
Los fantasmas de 21 años anteriores empezaban a caer sobre nosotros, pero el pase exquisito de Valdivia para Damián Pérez, el centro preciso y el cabezazo perfecto de Lucas Barrios nos dieron el gol de visita que sería clave.
Luego de nuestro gol, fueron los mejores momentos de Colo-Colo. Tocando, con tranquilidad y jugando con la presión que tenía Corinthians de descontar rápido en su propio estadio.Roger le dio un golpe certero y maletero a Julio Barroso, que le rompió la nariz y lo sacó momentáneamente del partido. El 9 brasileño jugó gratis lo que quedó de partido. Esa incidencia nos dejó con 1 menos el suficiente tiempo para defendernos en desventaja en un córner en contra y llegó el 2-1 en favor de los brazucas. De ahí en más hubo que sacar del bolsillo el manual básico de cómo jugar la Libertadores.
Orión tuvo que sacar una pelota que se metía al ángulo, Paredes pidió el cambio para favorcer tener más poblada la contención del mediocampo, la #ChacoLocura sacó todo el oficio que tiene y estuvimos muy concentrados. Así se tiene que jugar la Libertadores.
Pitana se sacó 7 minutos de descuento, causando problemas cardiacos al por mayor, pero el sufrimiento acabó, el carnaval empezó y hasta el momento en que leas esta columna, aun seguirá.
Conversábamos con Álvaro Campos, panelista del ColoCoLeit y autor de «91», que Orión fue clave, no solo con portentosas atajadas, sino que además, con la tranquilidad que transmitió paraverbalmente, con sus gestos y expresión facial, durante todo el partido. Empezamos perdiendo y nunca se mostró molesto o inquieto. Siempre sereno, mostrando que avanzar a cuartos era posible. Ese es el arquero que Colo-Colo merece y necesita: Cabrón, viejo zorro, tiempista y, obviamente, impasable en el arco.
A lo de nuestro arquero, se suma una línea de 3 con las mismas características. Zaldivia-Barroso-Insaurralde forman esa muralla perfecta para Libertadores: Talentosos, mañosos y firmes por aire como por tierra. Con eso tenemos más que suficiente. A eso sumemos un Valdivia, que es uno de los mejores «10» de la historia de Colo-Colo y a Paredes, que es D7os. Todo eso, mezclado, te deja perfilado para llegar a cuartos y… ¿por qué no? A semis.
Disfrutemos, muchachos. Esto no había pasado en 21 años y tenemos que gozarlo, independiente de cuán lejos alcancemos a llegar. Gracias Colo-Colo por esta alegría hermosa que nos diste.