Por Diego González, panelista del ColoCoLeit.

Varios llegamos sobre la hora por los tacos que se formaron a consecuencia de la manifestación que continuó dentro del Monumental, para hacer visible la violencia que viven mujeres a manos de hombres sin consciencia que dicen quererlas, pero que en el secreto del hogar las maltratan y humillan.

A la canchita: Tito Tapia se reencontraba en el Monumental con su exayudante, Miguel Riffo, cuyos efusivas celebraciones de los goles de la campaña de #La30 en el Arellano serán difíciles de olvidar.

Aparentemente la línea de 4 se va a quedar un rato largo, Octavio solo en ataque y una zona de volantes que se van turnando en la función de salida. No jugó Valdivia, por una sobrecarga por el partido frente a Delfín y Evertón, cuidandose para el trascendental partido por Libertadores. Pero se notó mucho su ausencia.

Iquique planteó el partido que normalmente complica a Colo-Colo: entrampar una salida limpia, permanecer ordenados defensivamente y esperar un error para intentar marcar. Ese planteamiento del visitante hizo un nudo en la última parte de la cancha, que el Popular no pudo desatar. Nos faltó por 90 minutos, ese Mago, ese Houdini que tuviera la fórmula para entrar con claridad total al área norteña.

Durante el primer tiempo Naranjo y Orión casi ni usaron los guantes y en el segundo, menos.

Tapia hizo varios cambios de esquema durante el partido para desatar la atadura Celeste: Pinares de 10, poner a Paredes junto a Octavio, Paredes solo con Maturana y Pajarito como extremos… pero nada funcionó.

Hay mucho que mejorar de cara al objetivo más importante del año, que se juega el martes frente a Bolívar.

Foto de colocolo.cl