(Foto: colocolo.cl)
Por Diego González, panelista del ColoCoLeit.
Colo-Colo saltaba al Monumental ante el equipo que, en el papel parece ser el más competitivo del grupo, con la presión de no ganar sus últimos 2 partidos, aparte de los 10 años sin hacer una Copa decente. Todo lo anterior hizo que el Monumental fuera una caldera… pero no se pudo celebrar en ese ambiente hermoso.
El primer tiempo fue un ir y venir, no se vió un claro dominador del partido, aunque Colo-Colo llegaba con más peligro al área de Atlético Nacional. El Cacique fue el equipo copero que todos esperábamos, pero en el segundo tiempo se fue diluyendo todo lo bueno del primero.
Gabriel Suazo y Matías Zaldivia fueron pintados con tarjeta amarilla muy temprano en el partido y eso los condicionó. Baeza se sumó a los amonestados unos cuantos minutos después. Pero no solo la amarilla fue el problema de Suazo, sino que no aportó prácticamente nada en ataque y en defensa rindió lo justo solamente.
Jaime «Pajarito» Valdés estuvo muy bajo, perdiendo pelotas muy fáciles, pero el sábado se manda un partidazo y se nos olvida. Jorge Valdivia fue muy buen aporte al equipo, pero la frustación y el cansancio lo fueron apagando. Esteban Paredes tuvo un partido muy ingrato, porque no le quedó nunca una sola cómoda, entonces algunos termocéfalos, que se olvidan que él es d7os, lo estaban chaqueteando, pero siendo justos no fue culpa de él. Se enganchó, pidió la pelota, buscó desmarcarse, recuperó pelotas en defensa, pero no se le dio una sola limpia de cara al arco.
En el segundo tiempo no hubo casi llegadas de peligro de ninguno de los dos equipos, hasta que un error en la salida de Carlos Carmona fue recuperada por los colombianos y lo pagamos caro. Muy caro.
Pablo Guede se mareó un poco con los cambios, ya que antes del gol de Atlético Nacional tenía listos para entrar a Benjamín Berrios y Brayan Véjar, pensamos que con el gol cambiaría los cambios, válgame la redundancia, pero no, dejó a Paredes náufrago, contra una muy aplicada línea de 5 de los de Medellín. Fueron 10 minutos aproximadamente, hasta que entró el Nico Orellana, en que no tuvimos opciones de gol por dejar a Esteban muy solo contra el mundo.
En definitiva, el partido fue inicialmente bien planteado, el Popular pudo irse al descanso en ventaja, si se hubiesen capitalizado mejor algunas opciones que tuvimos por las bandas (porque por el sector central fue imposible generar algo decente, debido a los 3 centrales que puso el DT verdolaga), pero esto es la Copa y si no aseguras en el primer tiempo, te pueden noquear en el segundo fácilmente. Nuestro DT pudo haber leído mejor algunos cambios, quizás le pesó quedarse sin su ayudante técnico muy temprano, pero esa no es excusa para un técnico de un equipo grande como Colo-Colo.
Punto aparte, la alharaca que se armó, tanto en el estadio como en redes sociales, me parece una exageración incendiaria sin sentido. Agustín Orión, en conferencia de prensa postpartido, dijo que cuando estuvo en Boca Juniors le tocó perder el primer partido de la fase de grupos, de local y que terminaron clasificando igual a octavos y que por lo mismo, el plantel estaba muy tranquilo, sabiendo que quedan aún 15 puntos en disputa. El chaqueteo incesante no los va a hacer mejores hinchas, muchachos. Da rabia perder de local, pero estamos recién empezando. Queda para largo. Tranquilidad.