Cap. 5 – Futbleaños feliz

DSC01857[LA RUTA DEL FÚTBOL]  Relatorcín está en el 2ºA. O sea, este es su cuarto año en el colegio. 4 años donde le ha tocado ir a muchísimos cumpleaños. En casas, en departamentos, en parques, en el McDonald’s, en el Mampato, en un lugar donde se hace chocolate, con tías motivadas, con magos, con payasitas, etcétera, etcétera  y un eterno etcétera.

Cada vez se hace más difícil hacer un cumpleaños que se diferencie. Sin embargo, Vicente, uno de los más amigos de Relatorcín, sorprendió. Y sorprendió gratamente. Su papá, fanático de la UC, tuvo la excelente idea de celebrarle el cumpleaños invitando a algunos compañeritos al estadio.

8 niños, 7 hinchas de la UC y uno de Colo-Colo, fueron a San Carlos a ver el partido de la Católica contra la máquina aceitada del profesor Jaime Vera. Yo, aprovechando la ocasión y mi credencial ANFP me ofrecí para acompañarlos.

No soy muy asiduo a asistir al estadio de la precordillera, pero reconozco, quizás en mi cada vez más notorio aburguesamiento, que ir a San Carlos es bastante cómodo y agradable. Poca gente, ambiente familiar, mucha rubia, mucho iPhone, cercanía con la cancha, cercanía con las bancas y respeto en los accesos con carabineros que no te manosean. Nada mal. El fútbol se vive de otra forma, es verdad. Pero bueno, no todo puede ser como la pasión sin límite y descontrolada que se disfruta en el Monumental.

Volviendo al cumpleaños, me sorprendió que existiera un “paquete cumpleañero”: entradas, colaciones, camiseta autografiada por los jugadores y saludo en el entretiempo. Sin duda, una experiencia inolvidable para el festejado y para sus compañeritos que miraban con envidia cómo la cabeza de Vicente aparecía en el marcador electrónico y todo el estadio lo aplaudía y le deseaba un feliz cumpleaños.

Como en San Carlos todo es más cerca, tuvieron espacio para acercarse a los jugadores mientras calentaban, sacarse fotos con los lesionados y molestar al camarógrafo del CDF que estaba ahí, solo en la mitad de una gradería, con 8 niños acosándolo para que los grabaran un ratito.

Relatorcín gritaba en silencio a favor de los iquiqueños, comía hamburguesas y galletas Costa, se lamentaba con los condoros del Chanchito Ramos y miraba para abajo cada vez que la UC hacía un gol. Pese a eso, lo pasó increíble con sus amiguitos, muchos de los cuales por primera vez entraban a un estadio.

Yo, congelado, sacaba fotos y me sorprendía con el folclore de San Carlos de Apoquindo, que incluye muchachitos que te llevan cafés Juan Valdez y la máquina de Transbank al asiento, mucho rouge, mucha selfie, parkas gorditas, pocos garabatos tradicionales, conductoras de programas de farándula con sus pololos periodistas deportivos y un caballero que como en el cine ubica a los asistentes y les limpia el asiento para que no se ensucien su trasero. Además, en San Carlos no hay abrazos después de un gol. Sólo aplausos.

Después que los niños se habían comido todo lo de las bolsitas que les dieron de colación y que ya habían logrado su meta de salir en directo para el CDF, nos fuimos. Yo, como sorpresa al cumpleañero, previo permiso a su padre, me lo llevé junto a Relatorcín para que fuéramos a los camarines. A ver si mi tarjetita me lo permitía.

Nos fue mal con lo de los camarines, pero igual logramos estar cerca de los jugadores cuando se iban. Los dos se sacaron fotos con todo lo que se movía: el plantel de Iquique, su cuerpo técnico, algunos jugadores de la UC, algunos comentaristas, el Trovador del Gol, los guardias y lo más preciado para Vicente, una foto exclusiva con el Nico Castillo, uno de sus ídolos. Lo agarramos mientras pasaba desapercibido entre la multitud que se aprestaba a subirse a sus todoterreno. Este es más flaite, debe ser futbolista, pensé para mis adentros mientras trataba de descubrir quién se escondía tras eso gorro negro. Dicho y hecho. “Nico, te molesto con una fotito”.

Tarde fría. Inolvidable para Vicente, entretenidísima para sus amigos y nada mal para mí. Una experiencia nueva. ¿El papá de Vicente? La envidia de los demás papás que veíamos como llegaban y llegaban fotos al grupito de whatsapp que se armó entre los invitados y que nos sorprendíamos cómo nuestros hijos decían que era el mejor cumpleaños al que habían ido en su vida.

Macanudo el cumpleaños.

Parada 5 de la Ruta del Fútbol: Estadio San Carlos de Apoquindo, Santiago. ☑️

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