[CUENTO INFANTIL] La historia que hoy nos trae Cuentos para Pequeños Campeones está inspirada en el talento de un goleador histórico de Colo-Colo: Luis Hernán Álvarez, delantero chileno que jugó en Colo-Colo entre 1958 y 1966. El Nano, como era conocido, tiene el récord de marcar 37 goles en una misma temporada (1963)

Pepitas de oro

En un lugar mágico, en las orillas de una bellísima playa, habían pequeñas pepitas de oro que los piratas habían olvidado hace muchos, pero muchos años.

Las noches de luna llena, las pepitas brillaban intensamente y eran más fáciles de encontrar. Había que esperar que el agua se recogiera para entrar y poder sacar los pequeños tesoros.

Hombres se entrenaban semanas y meses enteros y con mucho esfuerzo lograban sacar tres, cinco o como máximo diez pequeñas pepitas de oro.

Cierta vez, el Nano, un joven humilde que siempre vestía con una polera blanca, decidió entrar al mar. Se armó de valor, esperó que el mar se recogiera y entró. Después de un rato salió con una bolsa llena de pepitas de oro.

Cuando llegó a la playa, abrió su bolsita y empezó a contar. La luna iluminaba la noche. Nadie podía creer lo que estaba pasando. Fue impresionante. El Nano sacaba y sacaba hasta que llegó a la número 37, la última pepita.

La playa se iluminó por completo. El oro brillaba de forma increíble. La gente que estaba ahí apenas podía abrir los ojos por el resplandor de las pepitas del Nano.

Han pasado muchos años. Muchos hombres han tratado de sacar las pepitas que olvidaron los piratas, pero nadie ha logrado sacar tantas como sacó esa vez el Nano, el muchacho de la polera blanca.