Venta de salidas

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Colo-Colo versus Antofagasta el fin de semana. Día de la madre. Partido en paralelo con el de la U en Rancagua y una opción, no segura, pero opción, de ser campeones en el mismísimo Monumental. Resultado: mucho interés y ganas de ir al estadio. Problema: el mismo de siempre, la cagá con el tema de las entradas.

El colapso del sistema es permanente. Un problema sin solución, un mal constante. Un dolor de cabeza, un disgusto, una desorganización, un 404.

No soy experto en informática y seguramente desconozco muchos temas prácticos y logísticos de este tipo de situaciones. Sólo soy hincha y tengo la suerte de poder escuchar y leer a muchos otros hinchas que están cabreados de todo esto. El malestar es gigantesco y generalizado. Una frustración enorme.

Independiente de los llamados “clasiqueros” –esos que van al estadio sólo cuando la situación es excepcional– el sistema de venta de entradas debe funcionar bien, siempre, sin excepciones. Se están pagando entradas bastantes caras y estamos en condiciones de exigirlo. Hay mil y una responsabilidades para ir al estadio, cosas que nos obligan, que debemos cumplir y aceptar sí o sí, pero hay casi nulos derechos.

Las colas y revisiones indignas, los tiempos de espera, las incomodidades de los asientos, los baños antihigiénicos, el cabezón que se puso en la escalera y no deja ver al niño que está al lado tuyo, el valor exagerado de los estacionamientos, el precio excesivo de la comida. Muchísimas cosas en contra. ¿Y a favor? Ver a Colo-Colo. Es harto, es cierto, pero creo que viviendo en el 2017 ya estamos en condiciones de pedir un poquito más.

Pedir tranquilidad, pedir seguridad, pedir comodidad, pedir un sistema de venta de entradas que funcione, no debiera ser un lujo. Debiera ser lo básico. Lo mínimo. Igual que en todas partes.

Entiendo que el fútbol es una prioridad menor con respecto a otros temas importantísimos que afectan a nuestra sociedad. Y por muy fanáticos que seamos, así es. Pero también creo que debemos exigir algo mejor. Así como nos exigen a nosotros, por ley, así mismo debiéramos exigir nosotros. ¿Cómo? Conversémoslo. Después de putear porque no funciona la venta de entradas, conversémoslo. Pero en serio. O si no, seguiremos comprando salidas y no entradas.

 

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