[COPA CHILE] A la Universidad Católica le hemos ganado muchas veces. Por campeonatos nacionales, de Apertura, de Clausura, por Copa Chile, por Copa Libertadores y amistosos. Pero el triunfo de ayer seguramente quedará en la historia como un recuerdo inolvidable. Y no precisamente por el juego mismo, por los goles, por el dominio, por las atajadas de Garcés, por lo bueno que está Martín y por lo intratable de Paredes. Incluso, ni siquiera por la expulsión un tanto infantil de Pajarito Valdés. Lo del miércoles 30 de noviembre en el Monumental quedará en la historia como uno de los momentos más emotivos que se ha vivido en el fútbol chileno.

Afectados por el terrible accidente del Chapecoense de Brasil, el hincha colocolino estuvo a la altura de las circunstancias y mientras escuchaba el Ave María interpretado por Tito Beltrán y agitaba sus globos verdes, guardó un silencio seculpral, respetuoso, lleno de sentimiento y emotividad. Estoy seguro que a muchos les entró una pelusita al ojo en ese momento.

Lo que pasó después, seguramente pasará a segundo plano. Un dominio abrumador frente a un equipo B que no fue ni la sombra del equipo que sueña con ser bicampeón. Actuaciones individuales notables como las de Garcés, Zaldivia, Suazo, Martín y Efraín, por sólo nombrar a algunos, da para entuasiasmarse en poder ganarle a Everton y levantar por fin una Copa Chile Querida.

Colo-Colo 2 UC 0. Halcón; Mariscal, Almirante, Turco; Luz Divina (GF11), Mono, Chino, Martintín (Stinky), Uccellino; Cabeza (RonDamón), Efraín.