[COPA CHILE] Un partido parejo de fuerzas equilibradas como el de San Carlos de Apoquindo sólo se puede romper con una genialidad. Y de eso fuimos testigos en la fría noche de la precordillera.
El trámite hizo ver el estilo de ambos técnicos. Los de la franja se vieron ansiosos y desordenados, sin claridad de tres cuartos hacia arriba. Los nuestros de impecable negro versión 2016 se notaban tranquilos y con el guión aprendido. No hubiera sido extraño terminar 0-0.
Colo-Colo tuvo un primer tiempo tranquilo donde controló fundamentalmente al Chapa que jamás pudo desbordar. Castillo como referencia de ataque fue bien tomado por nuestra defensa que cada vez tiene más fiato. Un par de jugadas de riesgo, pero nada más que comentar (salvo el corte que tuvo Octavito).
Comenzando el segundo tiempo, Católica se fue encima pero rápidamente se diluyó. Pasaron largos 72 minutos hasta que el 23 de los negros se atrevió. Y con ganas. Hace tiempo que no se veía una patriada de un defensa central que termine además en un toque sutil. Con todas sus letras, un GOLAZO.
Tal vez Julio Barroso tiene razón. Quizás Claudio Baeza se equivocó, pero se equivocó lindo.
Mención aparte para Jaime Valdés, cuestionado por muchos y por mucho tiempo. Buscó el gol pero un travesaño se lo impidió. No es el pajariiwiis de 20 años o el de la 30, pero hizo harto más que en varios partidos de este año.
Quedan buenas sensaciones para la revancha en el Monumental el próximo miércoles. Pero antes, tendremos que ir a Rancagua. ¡Vamos Cacique!